jueves, 24 de diciembre de 2009

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Jomarf ... amor

Su nombre es el amor...
Me tocó a mi escoger su nombre y sin dudar lo hice. "Jomarf" firmaba mi papá en las fotos que, romántico, dedicaba con amor a mi mamá "Ymarluz" y era el nombre que representaba para mi el amor, tal como mi corazón siempre lo soñó, como esa idea del amor que forjaron en mi papá y mamá.
De mis cuatro hijos, Jomarf fue, además, mi compañero más asiduo, hablábamos mucho y de todo, compartíamos la pasión por la política, por la buena cocina, la visión estética de las cosas. Admiro a mi hijo, discreto y confiable como pocos, su sola presencia me daba seguridad cuando dudaba, su mano firme y su palabra dulce me consolaron muchas veces, sus ideas maduras y su razonamiento desarmaron otras tantas, los argumentos que nublaban mi corazón y mis sentidos. Su humor siempre despertó una sonrisa en las situaciones más difíciles.
Jomarf era capaz de sacrificar su propio bienestar por ayudar a otros, nunca albergó rencores y siempre trató con nobleza incluso a quienes lo maltrataron, haciéndome comprender el grandioso sentido de la palabra "perdón".
Con él se ha ido una importante parte de mi vida y se ha quedado para siempre su amor eterno e imperecedero.
20/12/2009

Vuela amor

Vuela amor
que tu polvo de estrellas
alumbre presuroso la esperanza
del renacer profundo de la tierra
que tu ser
polinice las flores del amor
y que los pájaros
esculpan sus nidos
en tu risa.

Vuela Jomarf... amor

Cuentan que fuiste una estrella fuerte

Tal vez una que por lejana de algunos fueras algo imperceptible, pero aún así mantenías fuerza constante y calor enternecedor. Cuentan que sólo aparecías a los ojos del mundo cuando menos se esperaba, resplandeciendo a manos llenas, enseñando tu valor, haciendo sentir que todo se podía con un poquito de amor y esfuerzo, que todo era posible solo si así lo creías. Y cuando llegabas, lo hacías para quedarte. Sin condiciones, sin ambiciones, con mucho cariño, con la más contagiosa de las sonrisas.

Sin embargo para mí tu eras un mago, un encantador de sueños, un cuentacuentos capaz de transformar la realidad en un mundo de colores con unas pocas pinceladas de cariño que valían por mil soles. Un mago lleno de curiosidad, humor y vitalismo desbordante que quería comerse el mundo, y que yo sabía que podría. Un ser especial que donde quiera que pisaba dejaba amigos pues sembraba amistad en todo aquel que estrechara su mano. Un mago cuyo poder era regalar alegrías, ánimos, esperanzas, risas. El amor a lo que hacías tú y a lo que hacían otros.

Antes del amanecer la vida nos sacudió de pronto. Volvió del revés nuestro mundo con un impacto certero. Reconvirtió nuestros sueños en granitos de arena, la ilusión demudó a mentiras entre dientes, la inocencia en arañazos sobre los huesos, las lágrimas en mares que nos ahogaron por dentro, y las ganas... en un puñado de restos guardados sobre la mesa de sala con una vela de fondo. La oscuridad nos cegó en un instante. No hubo principio ni fin para el dolor.

Hoy estamos más vacíos… más solos, más tristes.



Pero aunque no lo veamos... ni la estrella ha muerto ni el mago ha dejado de poder volar.

¿No es así Jomarf?